Innovar a partir de criterios éticos repunta directamente en la filosofía empresarial. Pensamos nuestro emprendimiento a partir de una filosofía circundada de una misión, de una visión y de valores que han alineado las prácticas con y de nuestros empleados, proveedores, accionistas y de todo aquél que tiene un espacio dentro de nuestro mapa de acción.
Armonizar los conceptos universales de Ética Empresarial con la plataforma de principios éticos de la empresa requiere de la participación del liderazgo empresarial. Ahora contamos con cadenas de suministro más complejas que tocan los códigos de ética de nuestra empresa. Innovar es alinear criterios de ética que reduzcan la distancia entre ambas partes, empresa y proveedores, para lograr un compromiso empático al traducir la ética en sinónimo de sostenibilidad.
Para que exista una innovación en la ética empresarial, y como parte de este entendimiento ético, hay que involucrar a todas las partes interesadas en diálogos internos y externos más estratégicos. Hay que alinear métodos que sincronicen mejores prácticas y líneas de cooperación más transparentes. Hay que dar respuesta a la sociedad sobre los procesos de fabricación de nuestros productos, el respeto a los derechos humanos y al medioambiente. Hablar con sustento de una cultura ética.
La demanda de una mayor transparencia y rendición de cuentas (Accountability) incrementa la responsabilidad de las empresas por mejorar la divulgación de información con respecto a sus actividades. Los reportes de sostenibilidad se proyectan como una herramienta que favorece la convergencia de la empresa con una sociedad que avala cada vez más el comportamiento ético de su entorno.
¿Innovar en la empresa desde la ética? ¿Existe un escenario distinto para sintonizar con la sostenibilidad empresarial? El diálogo con la ética siempre camina por un bien común. Transcribirla es innovarla.
Por Ingrid Hernández, Docente Asociada de CapacitaRSE y Directora General de KÖST
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