Desde hace un tiempo parece estar aumentando la cantidad de información disponible sobre negocios inclusivos. El tema se nombra en muchos blogs, periódicos y en las redes sociales. Me alegra mucho que cada vez más y más personas se enteren y se interesen en este asunto. Sin embargo, a veces tengo la sensación que las ideas que se están generalizando sobre este tema se refieren solo a los asuntos que están en la superficie, considerando ya entendidos los temas que están en la raíz, o simplemente ignorándolos por no considerarlos importantes.
A partir de una revisión rápida de lo que se publíca en lugares no especializados sobre los negocios inclusivos, me atrevo a decir que el asunto es reducido a “hacer negocios con los pobres”, o en su peor expresión “convertir a los pobres en consumidores”. Quizá ésta es la idea que se está instalando en la mente de muchas personas, de ahí las críticas que apuntan a que los NI no son una forma diferente de hacer negocios, sino que son más de lo mismo para que las empresas obtengan mas ganancias ahora a costa de las comunidades de bajos ingresos.
Desde mi punto de vista, de ninguna manera los negocios inclusivos se reducen a eso. Las diferencias de entendimiento y profundización que co-existen no deberían echar por tierra la esencia del concepto. En todo caso, creo que es necesario revisar los elementos que constituyen la raíz de este concepto para complejizar la mirada al respecto. Hay dos elementos, entre varios, que considero hacen parte de esa raíz: El papel de la empresa y la perspectiva sobre las comunidades pobres. A continuación algunos apuntes sobre cada uno:
- Quizá la principal idea que anima a los negocios inclusivos es que la empresa privada tiene un papel muy importante que jugar en la superación de la pobreza. Esto implica un reconocimiento que la empresa puede generar riqueza, y que esta habilidad pueden ponerse al servicio de algo mas amplio que únicamente la búsqueda de intereses particulares para los accionistas. Invita a reflexionar sore el papel de los gobiernos, los organismos multilaterales y las organizaciones sin ánimo de lucro en la búsqueda de un mundo sin pobreza. Principalmente, creo que implica una reconsideración sobre el papel que juega la empresa, y los intereses a los que sirve. Tambien invita a pensar sobre el sistema económico y político que hace posible, produce y reproduce cierto tipo de empresa.
- El que el foco de los negocios inclusivos son las comunidades pobres, no implica que estos sean actores pasivos que solo emergen como nuevos consumidores. Creo que la apuesta por incluir a las comunidades y a las personas de bajos ingresos en las cadenas de valor de las empresas puede llevarse a un terreno en que se reconoce la agencia de estos actores, es decir, su capacidad de tomar decisiones y realizar acciones que tienen impacto en su mundo social. El reconocer a estos actores como interlocutores lleva a plantear algunas preguntas: ¿qué implica su participación en la cadena de valor de las empresas?. ¿Qué ajustes organizacionales deben realizarse para tener como proveedor/distribuidor a comunidades pobres?. Y de mucha importancia: ¿Cuáles son las tensiones entre las relaciones entre la empresa y la Comunidad?.
Quienes se están dando a la tarea de llevar a la práctica el concepto de los negocios inclusivos, en el marco de una reflexión seria sobre el papel que la empresa puede jugar para procurar condiciones de vida mas justas para toda las personas, se enfrentan a lidiar en su praxis los temas de estas preguntas. El camino que tenemos por delante es largo, implica una redefinición de varios conceptos centrales y alimentar el cuerpo conceptual con los aprendizajes de las experiencias que se están llevando a cabo.
Jenny M. Melo, es Docente Asociada de CapacitaRSE.
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