Uno de los focos por los cuales la minería se ha convertido en una industria fundamental para el desarrollo de América Latina y Caribe se encuentran en la relevancia que han adquirido los llamados “minerales críticos” como el Litio, Niquel, Cobalto o Neodimio, que no sólo son necesarios para la industria automotriz electrificada, sino también para la energía solar, eólica, geotérmica, por tanto son clave para la Transformación Sostenible.

Esta situación es la que ha puesto a estos minerales en el centro de la escena para los tomadores de decisión y a las empresas que explotan estos recursos presentes en la geografía latinoamericana y caribeña, como principales responsables de la performance ESG.

Organismos como el Banco Mundial y la Agencia Internacional de Energía plantean como un “reto” el modelo de transición de varios minerales para asegurar la transición energética, que supone la reconfiguración de las estructuras geopolíticas para mantener el suministro y la seguridad.

Esta situación ha generado múltiples tensiones internacionales debido a que algunos de estos minerales, como las tierras raras, son una parte fundamental de la cadena de producción tecnológica mundial para la transición energética y las industrias militar, aeroespacial, médica, computacional, alimentaria, entre muchas otras. Parte del impacto de este tipo de recursos se observa actualmente en el retraso en el suministro y aumento de costos productivos en casi todas las industrias, debido a la falta de inventario para la producción de microchips y otros elementos basados en tierras raras.

Los temas ESG de la industria minera

La industria minera se enfrenta a una presión normativa y de las partes interesadas cada vez mayor en relación con las cuestiones medioambientales y sociales inherentes a su industria. Las cuestiones medioambientales se centran en la energía, el agua, la tierra y la gestión de residuos. Estas cuestiones pueden extenderse más allá de los confines de la mina y provocar conflictos sociales que pueden poner en peligro las licencias de explotación y dar lugar a elevados costes de indemnización o reparación, paradas de explotación u oposición a proyectos nuevos o de ampliación.

Los riesgos previstos de escasez de agua y el mayor consumo de agua aumentan el potencial de conflicto en determinadas regiones. La participación proactiva de las partes interesadas y los mecanismos de reclamación son, por tanto, requisitos previos para mantener una producción continua. Estos retos a largo plazo se ven acentuados por la creciente demanda de recursos en un contexto de extracción de recursos más complicada.

Sin embargo, la transición energética ofrece oportunidades para los metales “verdes”, como el cobre, el litio o el cobalto, y fomenta las innovaciones para aumentar la eficiencia de los procesos y los recursos.

Los Asuntos E (Ambientales)

• Estrategia Climática
• Eco-eficiencia operacional
• Biodiversidad
• Gestión de los Residuos Minerales.

Los Asuntos S

• Impactos Sociales en las Comunidades
• Salud y Seguridad Ocupacional.

Los Asuntos G

• Gobierno Corporativo
• Ética en los Negocios
• Gestión de Riesgos y Crisis.

Abordar los retos desde una mirada profesional

Contar con un enfoque ESG adecuado para la industria, requiere de profesionales que puedan analizar el contexto del sector minero desde aristas de sostenibilidad que habitualmente trabajan de manera coordinada y complementaria.

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