Los negocios inclusivos son una herramienta concreta parra mejorar las condiciones de vida de las comunidades de bajos ingresos. Cuando éstas comunidades son reconocidas en su condición de consumidores, pueden crearse nuevos productos que les pemiten el acceso a servicios básicos de mejor calidad o a un menor precio.
Un ejemplo muy reciente del potencial que reside en este enfoque de hacer negocios, fue publicado hace pocas semanas en el boletín de noticias del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Se trata de la Bici-lavadora, una lavadora que funciona a pedal, y que fue desarrollada por estudiantes y personal del MIT. La bici-lavadora, que fue construida principalmente con partes de bicicleta y barriles vacios y que tardó casi cuatro años en ser desarollada, se elaboró con el propósito de ofrecer una alternativa a la necesidad de lavar la ropa a las comunidades que viven en lugares donde el fluido de electricidad no es confiable o no está disponible, y el agua debe ser cargada en galones.
El prototipo fue probado en Ventanilla, un barrio marginal ubicado a las afueras de Lima en Peru. En este barrio existe un orfanato que cuenta con 670 niños residentes, donde la tarea de lavar la ropa era algo de nunca acabar.
Como estos ejemplos, hay otros que demuestran como la inventiva de los estudiantes y de la academia, puede ponerse al servicio de las comunidades más necesitadas.
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