El mundo está en una disyuntiva: consume más de lo genera; cada año, el Día del Sobregiro es cada vez más pronto; y hacia adelante sólo sabemos que seremos más personas para seguir siendo abastecidas por recursos, alimentos y otros bienes necesarios para la vida tal cual la conocemos (y la vivimos).
Con este panorama es que, con justa razón, podemos decir que estamos viviendo de prestado. Si en nuestra casa, gastamos más de los ingresos que generamos, al principio podemos tomar deuda, pero va a llegar un momento que se volverá insostenible y terminaremos pidiendo la bancarrota. En esta situación está el Planeta, vivimos en un sistema quebrado.
Una de las soluciones que plantea la Economía Circular es precisamente la de recircular los materiales. Según el último Circularity Gap Report, sólo el 8,6% de los materiales ingresa en un ciclo de Circularidad (esto es, al menos su reutilización, reparación, refabricación y/o reciclaje). Y lo más importante de esta cifra, es que si a nivel global lograramos solamente duplicarla (ni siquiera hablamos de llevarla a un 50%) se podrían cumplir las metas de descarbonización establecidas en el Acuerdo de París para mitigar el Cambio Climático.
Es así como la Industria tiene ahora un rol central en el aspecto de Gobernanza y su Liderazgo, para impulsar la circularidad de los materiales al máximo nivel posible. No solamente será bueno el planeta, también lo será para el negocio, ya que les permitirá generar ingresos adicionales por materiales que hoy están destinando a chatarra, mitigar sus impactos y alargar el ciclo de vida de insumos y maquinarias.
Una nueva línea de negocio Circular
Pero también este contexto les brinda la oportunidad para crear nuevas líneas de negocio que vayan más allá de la simple gestión de los materiales para su reutilización por parte de otras industrias. Lo vemos en el caso de la cadena de Retail Ripley, con presencia en Chile y Perú.
Cuando se logra recircular los productos primarios producidos, aparecen las nuevas oportunidades de reutilización y refabricación a partir de esos mismos materiales. De esta manera, se deja de consumir materias primas para procesos de industrias no tan relevantes, preservando el material primario para las que sí lo son (por ejemplo, telecomunicaciones), y se inicia un nuevo modelo de negocio que expande su potencial a lo largo de toda una cadena de valor que tiene como objetivo desde la recuperación del material, hasta su posterior reutilización en condiciones para el nuevo producto.
Es en esta lógica, en la que la Economía Circular es capaz de crear millones de empleos en los próximos años (y requiere habilidades específicas), porque por sobre todas las cosas se trata de un modelo económico inclusivo, además de sostenible. Y que contribuye a la descarbonización al tiempo que se vuelve protagonista de la Transformación Sostenible por la que están atravesando hoy todas las industrias, de la mano de la digitalización y el enfoque hacia los aspectos más críticos de la Sostenibilidad.
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