Desde poco antes de que se diera el Día de la Madre en la Argentina (3er. domingo de octubre) he leído estudios, investigaciones, noticias y experiencias concretas, que dan cuenta de una -todavía- gran dificultad de las mujeres para conciliar la familia (la maternidad en especial) y su desarrollo profesional. Un objetivo que sin duda, debe incluirse en la agenda post 2015, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Un concejal de Madrid despide a una alta funcionaria del distrito de Hortaleza por haber tenido un hijo; el CEO de Microsoft comenta que las mujeres que no piden aumento de sueldo generan “buen karma”; Facebook y Apple le ofrecen a sus empleadas retrasar su maternidad pagandoles el beneficio (?) de congelar sus óvulos, Mónica de Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios de España, señala que prefiere contratar a mujeres que “no queden embarazadas”, fueron algunas de las noticias que se conocieron el en último mes. En el caso de De Oriol, madre de 6 años, agregó que “la mujer tiene que tener la vida familiar resuelta para progresar” y el concejal de Madrid, señaló que su decisión se debía a que la funcionaria despedida “prefiere conciliar su vida personal y familiar, pero yo necesito el máximo rendimiento y el máximo número de horas de trabajo que se puedan prestar”.
Si a las noticias del párrafo anterior le sumamos que según datos de la OIT, el 70% de las trabajadoras del mundo no tiene permiso pago por maternidad (en América Latina, sólo el 24% de los países contemplan permisos pagos) y que según el , nos encontramos ante una situación de desigualdad mayúscula, que más allá de los discursos políticamente correctos de turno, en la realidad, se releva cada vez más la dificultad de la mujer para ser madre y a la vez, desarrollarse profesionalmente.
Entonces la pregunta que surge es ¿la maternidad y el desarrollo profesional son mundos incompatibles?. No deberían, y aquí se concentra el gran desafío para los próximos años, porque no sólo es una cuestión de igualdad y equidad, sino que también hace al sistema de pensiones. Es decir, si la tasa de natalidad decrece, ¿quiénes serán los trabajadores que aportarán al sistema de retiro?. Por otra parte, hay todo un tema cultural donde la posibilidad de los hombres de ejercer su paternidad tanto como deseen también debería ser contemplada.
Sin dudas, en los primeros meses de vida de un niño es fundamental la relación con su madre y, hablando en primera persona, puedo asegurar que en concordancia con los dichos de la DIRCOM de Google en Argentina que fue contratada estando embarazada, el sentido de pertenencia y compromiso de una madre trabajadora con medidas concretas de conciliación, es muy superior en promedio (ello implica una productividad también mayor), por el valor que se le da a este beneficio, teniendo en cuenta que como dice la OIT, la “discriminación por la maternidad es un tema que persiste en mayor o menor medida, en todos los países”.
Puedo dar centenares de ejemplos y cifras donde desde lo discursivo se promueve la equidad e igualdad de posibilidades, pero en los hechos estas palabras chocan contra una pared de concreto; pared que responde a idiosincracias y realidades basadas en culturas organizaciones y sociales muy arraigadas, así como en creencias que persisten como la de “la silla caliente” en vez del trabajo por objetivos.
Elijo, sin embargo, culminar este post instando a que se determine como un Objetivo de Desarrollo Sostenible (post 2015) aquél que en su borrador señala “Alcanzar la igualdad de género, y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todos los lugares” e incluiría en éste sin duda, el tema de la conciliación, para que ser madre y desarrollarse profesionalmente no signifique resignar roles para la mujer, sino complementarlos, reconociendo lo valioso que éstos son.
Como reflexión final me quedo con todos aquellos comentarios auspiciosos de hombres y mujeres que transitan el Posgrado Online de RSE, y otros tantos Cursos de CapacitaRSE donde abordamos estos temas, y que instan desde el análisis de este tema, a desarrollar políticas públicas y privadas que fomenten la conciliación tanto para mujeres como para hombres, ya que como concluye el estudio que presentó Voces Vitales Argentina sobre equidad de género “No habrá empresas con diversidad sino se desarrollan en una sociedad más diversa”.
Sumo a esta última reflexión, un interesante video realizado en España, donde se destacan los aportes que puede brindar la maternidad a las organizaciones. Sólo es cuestión de derribar barreras y animarse… animarse a brindar oportunidades.
Por Lorena Brignardello, docente y consultora asociada en CapacitaRSE, Coordinadora de Comunicación de la entidad. Especialista en temas de gestión de la Dimensión Social de la RSE: trabajadores y comunidad.
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