Desde el año 2024 que el Informe Global de Riesgos del Foro Económico Mundial (WEF) coloca en la primera posición a la Desinformación, dentro de la categoría de riesgos tecnológicos.
Sabemos que para muchos managers de Sostenibilidad los riesgos tech no son considerados un tema de su incumbencia, lo cual representa cada vez más un riesgo en sí mismo (para su futuro profesional). Por ello mismo, probablemente muchos profesionales de esta disciplina, cuando revisan el Informe de Riesgos del WEF prestan más atención a los temas resaltados en verde (ambientales) y en rojo (sociales), y se permiten hacer la vista gorda a los demás temas.
Pero quienes saben de la relevancia de los aspectos tecnológicos en el enfoque de sostenibilidad, lo que en CapacitaRSE llamamos ESGT, seguramente ya están advirtiendo cómo ese riesgo de Desinformación -que a priori, parece incluso limitado a empresas de medios de comunicación- está afectando seriamente la credibilidad de la Estrategia Sostenible de cualquier organización, con la excusa del Wokismo o la cultura Woke.
Y si bien es cierto que muchas organizaciones han viajado de un extremo al otro en los últimos años, los llamados impulsores del movimiento “Anti-ESG” han encontrado eco en algunos intelectuales que desde hace tiempo repiten el mismo discurso: que la Agenda 2030; que el Cambio Climático; y hasta también, que el término RSE acuñado en 1953 puede ser considerado el origen del problema (como se consigna en el libro del Manifiesto Anti-Comunista).
Quizás parte del problema acerca del por qué se ha diseminado tamaña desinformación sobre todos estos aspectos radique en que la Sostenibilidad nunca ha querido dejar de ser “un club”, donde mejor seguir hablando unos pocos de lo mismo que masificarlo. Si alguien te dice que la Agenda 2030 promueve la pedofilia, en lugar de callarte, deberías invitarlo a que te indique exactamente en cuál de las 169 metas dice eso. La desinformación gana, cuando del otro lado no hay nadie que la refute.
Lamentablemente esto es lo que ha estado pasando con las principales empresas en los Estados Unidos (y también con algunas de nuestra región) en las últimas semanas: cuando notaron que DEI se volvió una mala palabra, desarmaron todo lo vinculado. ¿Era entonces parte de un DEIwashing? ¿O tienen miedo de ser perseguidos por el IRS -el organismo fiscal-? ¿Lo que hicieron para ganar reputación ahora lo quitan porque se caería como un castillo de naipes?. Lo mismo ocurrió con Blackrock y sus fondos de inversión ESG, su CEO declaró en su momento que no dejaría de invertir con ese objetivo, pero ya no usaría el acrónimo para evitar el daño del negocio.
Nuevos contextos, obligan siempre a estar con la guardia alta, pero también nos dejan un aprendizaje: nuestra Estrategia de Sostenibilidad tiene que ser capaz de trascender cualquier cambio de dirección. Es el mastil de tu velero, las velas, déjalas para los temas relevantes.
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