Hay conversaciones que cambian el rumbo de un negocio. No siempre ocurren en una gran sala de juntas; a veces, nacen en un Zoom un martes por la mañana, con equipos repartidos entre Lima y Santiago. La petición suena técnica: una huella de carbono, un mapa de riesgos, un dashboard para la dirección. Pero la pregunta de fondo es otra, una mucho más profunda: ¿cómo navegamos en este nuevo mundo?
El conocimiento técnico sobre sostenibilidad abunda, las redes sociales lo replican al infinito. Lo que escasea es la habilidad de convertirlo en una carta de navegación para empresas que operan en la incertidumbre. Falta la metodología para trazar la ruta, la propuesta para convencer a la tripulación y el modelo para que la travesía sea rentable.
Esta escena, repetida en toda América Latina, es el llamado a un nuevo tipo de profesional. La buena noticia es que las fronteras se desdibujaron. Tu puerto base puede ser cualquier ciudad, pero tu campo de acción se ha estirado a toda la región.
El dato en el núcleo
Durante años, la sostenibilidad vivió en los márgenes del negocio. Comenzó siendo el área de la Responsabilidad Social (RSE): un archipiélago de buenas intenciones, voluntario, a menudo desconectado del motor financiero de la compañía. Su métrica era el aplauso y la reputación.
Ese modelo implosionó.
La sostenibilidad está migrando de la periferia al núcleo de la estrategia. Ya no se trata de contar historias, sino de gestionar con datos. El profesional de hoy debe ser un “ser tecnológico”, que traduce la complejidad de un Análisis de Ciclo de Vida (LCA) o un sistema MRV en decisiones que impactan el estado de pérdidas y ganancias.
Tu rol, como consultor, ya no es construir un anexo bonito al edificio corporativo. Es rediseñar la estructura completa para que resista los vientos que vienen.
Dónde se libra la batalla por la sostenibilidad
La demanda no es uniforme; se presenta en frentes muy específicos y desde ahí crece. Estos son los epicentros donde la transición se está acelerando, impulsada por las propias realidades de las grandes corporaciones y las PyMEs de nuestra región:
Finanzas: Antes que cualquier regulación, el dinero impone las reglas. Hoy, los bancos y fondos de inversión exigen ver la gestión de riesgos ESG para aprobar un crédito o invertir. Para una gran empresa, es la llave para financiar su expansión. Para una PyME, es la diferencia entre acceder o no al capital necesario para competir.
La Manufactura (o el efecto dominó): La presión no llega de un gobierno lejano, sino del cliente principal. El cliente está cada vez más informado y exige. Las grandes multilatinas que exportan al mundo son auditadas por sus compradores globales. Esta exigencia de eficiencia, menor huella de carbono y debida diligencia se traslada en cascada a toda su red de proveedores locales, miles de pymes que de un día para otro deben adaptarse o arriesgarse a perder su contrato más importante.
Minería y Energía: En nuestros territorios, la sostenibilidad no es un reporte, es la conversación diaria con las comunidades. Para estas industrias, el mayor riesgo no es una multa, sino un conflicto social que paralice la operación. La gestión del agua, el respeto a las cosmovisiones locales y el diálogo transparente son la base de la licencia social y ambiental para operar, un activo que es más valioso que el recurso que extraen.
Agronegocios (hacia la conquista de mercados): El productor latinoamericano compite con el mundo. Su gran diferenciador es la calidad y, cada vez más, la evidencia de sus prácticas sostenibles. La trazabilidad, la gestión eficiente del suelo y el agua no son caprichos, son el pasaporte para acceder a los mercados premium que pagan más por un producto responsable. Aquí entra a jugar fuerte la cuestión regulatoria, en especial con mercados como el europeo.
Retail y Consumo: He aquí el desafío más complejo. Si bien el “Alcance 3” está en revisión metodológica a nivel global, el principio es más fuerte que nunca: la responsabilidad sobre la cadena de valor. Para un retailer, su mayor riesgo y oportunidad no están en sus tiendas, sino en su gigantesca red de proveedores. Gestionar esa red, garantizar el origen ético de los productos y responder a un consumidor cada vez más consciente, es la verdadera frontera de la sostenibilidad.
Qué compran hoy las empresas (estado del arte de los servicios)
La demanda se ha sofisticado. Las empresas ya no compran “sostenibilidad” en abstracto, sino soluciones específicas para sus problemas de negocio. Las principales áreas de inversión son:
Reporting y Estándares: Servicios para adaptarse a los nuevos marcos globales como NIIF S1-S2, continuar reportando bajo GRI, realizar análisis de doble materialidad y establecer controles internos para asegurar la calidad y auditabilidad de los datos no financieros.
Comercio y cadenas de suministro: Proyectos de Análisis de Ciclo de Vida (LCA/PCF) para calcular la huella por producto, implementación de trazabilidad con tecnología GIS (Sistemas de Información Geográfica), y servicios de debida diligencia y auditorías de proveedores para mitigar riesgos en la cadena de valor. Aquí es clave la mirada geopolítica (no solo a nivel regulatorio).
Estrategia y riesgo: Consultoría para fijar metas de descarbonización basadas en ciencia (SBTi), diseñar planes de reducción de emisiones e integrar las variables climáticas y de sostenibilidad en las decisiones financieras clave, como el presupuesto anual y el CAPEX (inversiones de capital).
Stakeholders y territorio: Servicios para el mapeo de actores clave, diseño de estrategias de diálogo y relacionamiento comunitario, y la gestión de la licencia social para operar, un punto crítico para industrias extractivas y de alto impacto en LATAM.
Data & Tech: Implementación de sistemas de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV), desarrollo de tableros de control (Business Intelligence) para la alta dirección, y proyectos de interoperabilidad para que los sistemas de gestión se comuniquen con sensores (IoT) y otras fuentes de datos ESG (+T).
Observamos como tendencia que se consolidan los paquetes de servicios integrados que ofrecen una solución completa (desde el análisis de materialidad hasta el reporte final) y crece la demanda de servicios de aseguramiento del dato ESG, un paso previo indispensable para las auditorías externas.
Más allá de los estándares
Para navegar estas aguas, no basta con conocer el mapa (los estándares). Necesitas un compás (visión estratégica) y saber leer el viento y las mareas (el contexto).
Tu Compás (habilidades estratégicas):
Análisis de contexto: Esta es la habilidad maestra. No se trata de saber de GRI o NIIF S1 S2; se trata de entender cómo la geopolítica, una nueva tecnología o un movimiento social pueden impactar el modelo de negocio de tu cliente. Es conectar los puntos que nadie más ve.
Visión de proceso integral: El mercado valora cada vez más a quienes vienen de las ingenierías y otras carreras de base analítica. ¿Por qué? Porque pueden pensar en sistemas, no en silos. Si no vienes de allí, de igual manera puedes aprender a pensar en sistemas. Esta es una de las habilidades clave en tiempos BANI
Arquitectura de diálogo: Tu trabajo es facilitar conversaciones difíciles entre el CFO, el jefe de operaciones y los líderes comunitarios. Eres un constructor de puentes.
La venta: La habilidad de sentarte frente a un directorio y no vender un “reporte de sostenibilidad”, sino una “estrategia de resiliencia de negocio”.
Tus herramientas (el conocimiento técnico):
Estándares: GRI, NIIF, CSRD, ESRD son los lenguajes del mercado. Debes dominarlos.
La tecnología: Power BI, QGIS, software de LCA. Son tus instrumentos para hacer visible lo invisible.
Tu travesía profesional
(5 Hitos en el Mapa)
Convertir tu conocimiento en una consultoría rentable es un viaje, no un salto.
- Explora tu territorio: Haz un inventario honesto. ¿Qué sabes? ¿Qué intuyes? ¿Dónde están tus vacíos?
- Iza tu bandera: ¿Serás el experto en finanzas sostenibles para toda la región, o el referente en agronegocios para el Cono Sur? Elige tu batalla, no puedes abarcarlo todo.
- Construye tu barco: Diseña un primer servicio, tu “producto mínimo viable” (PMV). con entregables definidos y un plazo concreto. Que sea tu carta de presentación. Parte de allí e itera.
- Navega las primeras millas: Realiza 1 o 2 proyectos piloto. Aprende, calibra, ajusta las velas.
- Expande tu flota: Paquetiza tus servicios. Crea alianzas. Escala tu impacto.
Y un dato clave extraído del terreno: para acceder a roles de Analista o Coordinador, el mercado ya espera que llegues con 2 a 3 años de experiencia y formación especializada a cuestas. Las oportunidades que no exigen esto, a menudo son espejismos.
Anclar tu valor, no solo tu precio
El precio es una conversación sobre costos. El valor es una conversación sobre futuro.
No cobres por horas, cobra por transformar. Ancla tu propuesta en el lenguaje que importa: acceso a nuevos mercados, mitigación de riesgos de millones de dólares, eficiencia que se ve en la última línea del balance. No es lo que haces, no es cómo lo haces, sino lo que evita o logra tu cliente. No le interesa tus procesos, sino sus resultados.
¿Estás Listo para Tomar el Timón?
Si esta visión resuena contigo, si sientes que tu rol es estar en el puente de mando y no en la sala de máquinas, nuestra Certificación de Consultores en Sostenibilidad no es un curso más.
Durante 3 meses, en formato hibrido (clases en vivo y clases asincrónicas) en grupos reducidos, te entregamos las herramientas y las cartas de navegación para que diseñes tu propia práctica como consultor. No solo aprenderás los estándares y cómo aplicarlos, aprenderás analizar el contexto, a construir una autoridad vendible y a liderar la transformación que las empresas de la región necesitan.

Los datos detrás de la tendencia
La visión del consultor como un “navegante de negocios” no es una intuición, es una respuesta a señales muy claras del mercado. El concepto de ESG+T, por ejemplo, no es una tendencia consolidada, sino una práctica que venimos observando escalar en la gerencia de análisis de riesgos desde hace tres años y que, prevemos, aterrizará en regulaciones más pronto que tarde.
Esta evolución se apoya en datos concretos que todo profesional del sector debe conocer:
- Crecimiento del Mercado: El sector de consultoría en sostenibilidad en América Latina proyecta un crecimiento anual compuesto del +7,2% entre 2025 y 2033 (Fuente: IMARC Group).
- Demanda de Talento: La demanda global de profesionales con habilidades verdes creció un +11,6% en 2024, superando la oferta de talento disponible (Fuente: LinkedIn Economic Graph).
- Estándares Globales: Más de 36 jurisdicciones a nivel mundial, incluyendo potencias económicas de LATAM, ya están en proceso de adoptar las normas de divulgación de sostenibilidad de la Fundación IFRS (NIIF S1S2).
- Regulación Comercial Inminente: El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) de la UE entra en su fase definitiva en 2026, y el Reglamento sobre Deforestación (EUDR) se aplica desde finales de 2025.
- El Perfil del Profesional en LATAM: Nuestra propia investigación, “El Perfil del Profesional de Sostenibilidad en 2025” (Paper CapacitaRSE), confirma que el rol evoluciona hacia lo estratégico y tecnológico, con una demanda concentrada en finanzas, manufactura, agro, minería, retail y consultoría.
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