Estamos en una nueva era de reporting corporativo en la que muchas compañías buscan acelerar la integración de los diversos Estándares de Divulgación de Sostenibilidad para ser más productivas y evitar la "doble imposición" de la información relevada.
En un escenario ideal, una compañía reportante debería establecer los objetivos primarios de su divulgación en función de los Stakeholders principales y las necesidades específicas (regulación, cumplimiento, mitigación de crisis reputacional, etc.), y a partir de ello establecer cuáles son los Estándares más adecuados.
La elección no siempre parece bien realizada, y por ello, seguimos encontrando Reportes que se identifican aún como "de Sostenibilidad" pero haciendo foco en sus impactos materiales financieros. Lo mismo con otros Informes que combinan múltiples Estándares y en un mismo instrumento le buscan hablar a un inversionista, así como a las comunidades locales sin diferenciar sus intereses particulares.
El verdadero desafío de la interoperabilidad
Una palabra que se puso de moda cuando se organizó el escenario de Estándares en los 3 grandes instrumentos hoy predominantes (GRI, IFRS y ESRS) ha sido la Interoperabilidad. Que se refiere nada menos que a la capacidad de una organización de poder integrar los diversos lineamientos en un único Reporte sin generar duplicidad de capacidades, información y mejorando la productividad del ejercicio de Reporte.
Si bien la intención es correcta, aún falta mucho para que las empresas puedan cumplimentar de forma eficiente la interoperabilidad de múltiples estándares. Porque si bien hablamos principalmente de 3 grandes tipos, no estamos considerando otros instrumentos que también requieren de un reporte exhaustivo para su cumplimiento.
Nos referimos por caso, a la respuesta a Índices de Sostenibilidad como el S&P ESG a través de su cuestionario CSA; o también a la iniciativa de CDP para evaluar el grado de alinamiento con la estrategia climática.
También otro grupo de empresas, puede tener que generar un Reporte con ciertas particularidades (pero basado en los mismos datos) para organismos reguladores, como la Comisión de Valores de cada país en el que operan o se encuentra su sede matriz.
Reportes Regulados vs Reportes Voluntarios
En América Latina aún hay espacio para seguir generando Reportes de Sostenibilidad de forma voluntaria. Incluso en países donde se ha regulado su generación -como Chile-, no es alcanzable a todo el universo empresarial ya que se suelen limitar a empresas de cierto tamaño, cantidad de empleados o facturación anual.
Incluso, hay regulaciones que se han creado únicamente para "invitar" al sector privado a adoptar la práctica de transparencia que implica divulgar su información sostenible con un enfoque específico (por ejemplo, propiciando el análisis de riesgos y oportunidades ambientales y sociales, pero dejando por fuera a los de gobernanza).
La experiencia europea de la CSRD y los ESRS debiera ser vista con atención por parte de los reguladores que consideran que el camino mandatorio es la mejor solución para América Latina. Ya lo dijimos a fines de 2024, cuando en nuestras Perspectivas de Sostenibilidad para 2025 señalamos que la Simplificación de la Regulación iba a marcar la agenda: y es exactamente lo que ha sucedido.
Hoy Europa está "desarmando" la aplicación de la CSDDD (Directiva de Debida Diligencia, que afectaba a las cadenas de suministro globales), y la CSRD (Directiva para la divulgación de Sostenibilidad) y limitando su aplicación a quienes siempre tuvo que haber estado dirigida: a las grandes empresas europeas.
El árbol que es tapado por el bosque
En este escenario, la Estrategia Corporativa termina siendo el árbol viejo pero esencial para el sostenimiento del sistema, que no se ve porque está siendo tapado de forma constante por un bosque que ha venido creciendo de forma descontrolada (la sobrerregulación).
Y pocos advierten de su relevancia porque consideran que mientras "esté ahí" el sistema puede seguir funcionando, pero nadie piensa en cómo mantener a esa Estrategia viva para que se adapte al nuevo entorno.
Y ese es el nudo que pocos en el campo de la Sostenibilidad están queriendo desatar, y que lo vemos de forma frecuente al analizar los casos de las empresas donde se desempeñan los integrantes de nuestra comunidad educativa, con quienes trabajamos a la par para la mejora de su sistema de divulgación a través de nuestra oferta educativa en la materia.
Ante un escenario de integración de Estándares, tu sistema de navegación (la Estrategia) debe ser revisado. Es como cuando toca actualizar los mapas del GPS. Lo mismo sucede aquí: la estructura de Estrategia que habías planteado para apoyarte en la elaboración de un Reporte con un estándar multistakeholder como GRI, quedará obsoleta si intentas integrar los ESRS de forma conjunta.
Ya lo hemos visto en múltiples ocasiones con empresas que transicionan al Reporte Integrado: desaparecen los Pilares Ambiental, Social y Económico para pasar a ser Capital Natural, Humano y Financiero (y otros 3 más).
También la integración de Estándares te obligará a redefinir la Materialidad, ya sea doble o simple. Este es un punto que remarcamos de forma frecuente en nuestros programas de Reporte, ya que implica una toma de decisión: mantener la nomenclatura de tal Estándar o de tal otro para un tema que apunta a lo mismo pero están denominados de forma ligeramente distinta. En este caso, debe predominar el enfoque material (si es de impacto, me quedaré con el nombre que plantea GRI; si es material financiero, con el que plantea SASB).
Un Fast-Check para tu próximo Ciclo de Reporte
En definitiva, llevar adelante la adopción de un nuevo Estándar de divulgación de Sostenibilidad, implica para tu empresa una revisión integral que no puedes evitar realizar. Como resumen de este planteo, te sugerimos considerar:
- Alineación de la Estrategia a la estructura general del Estándar o los Estándares principales a utilizar.
- Revisión de metas de corto, mediano y largo plazo (2028, 2030 y 2035, por lo menos).
- Evaluar los Pros y Contras de la adopción de un nuevo Estándar si no es por obligación o regulación.
- Establecer qué tipo de Materialidad vas a establecer para la nueva Estrategia.
- Evaluación de Riesgos de Sostenibilidad (hoy es necesario un Enfoque ESGT, que incluye aspectos Geopolíticos y Tecnológicos).
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