La productividad sostenible se ha convertido en un tema cada vez más importante en nuestra vida diaria dentro y fuera del trabajo.

Con un mundo cada vez más acelerado, volátil, que compite por nuestra atención, encontrar formas más orgánicas y eficaces de avanzar hacia nuestros objetivos, se convierte en una verdadera ventaja competitiva.

El desafío se multiplica cuando lideramos equipos: integrar los objetivos personales y laborales de cada colaborador/a, con los objetivos del proyecto y de la empresa, en acciones coherentes y buenos resultados, puede ser una tarea titánica.

Hoy te compartimos una herramienta útil a la hora de diseñar el plan de acción de un proyecto o la planificación mensual de tu equipo, basada en el Modelo Triple Zero de la Economía Circular.

Triple zero y circular

Este modelo se enfoca en tres principios clave: cero residuos, cero emisiones y cero pérdidas de recursos. En economía circular encontramos un concepto interesante que podemos aplicar a nuestro sistema de productividad personal de modo de volverla sostenible y regenerativa: la basura es un error de diseño; reemplaza “basura” por “burnout” y tendrás una aproximación de a dónde me dirijo.

La productividad está rodeada de falacias, de errores conceptuales que nos debilitan.

Para corregir su error de diseño, el modelo circular hace tres cosas:

1. Eliminar componentes (que no tienen potencial circular)
2. Innovar en nuevos componentes
3. Hacerlos circular lo máximo posible.

Este modelo nació como un intento de imitar el ciclo biológico y busca mantener el valor permanente de los materiales y los recursos durante el mayor tiempo posible. 

Aplicar los principios de triple Zero a la productividad

Aplicar estos principios a nuestra vida diaria nos ayudará a maximizar nuestro tiempo y energía, lograr nuestros objetivos de manera más eficaz y asegurar el bienestar, la autorrealización y las relaciones saludables de manera sostenible.

Partimos de la base de que no existen los recursos ilimitados, el tiempo es uno de ellos. 

1. Cero tareas “porque sí”

El concepto de “cero residuos” del modelo circular, en productividad personal sostenible, se refiere a la eliminación de tareas o actividades que no aportan valor. Este punto está muy en relación con uno de los principales mitos en torno a la productividad: “estar ocupado es tener éxito”. Cambiar esta manera de percibir el éxito puede hacer toda la diferencia en la organización y planificación de nuestras tareas diarias, a fin de reducir los desechos, que desde esta óptica se refieren a frustración, vacío, agobio, desvalorización propia, enfermedad, y un largo etc.

Comparamos la biodiversidad del modelo circular con nuestros diversos roles, que coexisten y crecen de manera integral y se necesitan entre sí para sostenerse y evolucionar.

Debemos hacer una evaluación sincera de nuestras actividades diarias y preguntarnos si cada una de ellas nos lleva más cerca de nuestros objetivos, y cuando hablo de objetivos, no solo me refiero a los profesionales. Si no es así, debemos considerar eliminarlas, delegarlas o minimizarlas.

La proliferación de recursos, aplicaciones y sistemas, basados en IA, pueden ayudarnos en muchas de las tareas mecánicas y repetitivas que no nos es posible delegar, a fin de minimizarlas o automatizarlas para concentrarnos en las que realmente aporten valor.

2. Cero distracciones

En productividad sostenible, concepto de cero emisiones se refiere a la eliminación de distracciones e interrupciones que nos impiden concentrarnos en nuestras tareas importantes, y es una mirada de doble vía: hacia nosotros mismos y hacia los demás. Este es un principio muy interesante para aplicar en el ámbito de los equipos de trabajo.

Identificar nuestras principales fuentes de distracción y tomar medidas para minimizarlas, como apagar las notificaciones de nuestros dispositivos, establecer horarios específicos para revisar el correo electrónico y las redes sociales, y comunicar claramente a las personas que no queremos ser interrumpidos mientras trabajamos. Y aplicar la misma lógica con los demás, no convertirnos en sus distractores sistemáticos.

Por supuesto que no somos máquinas, el concepto de productividad  fordista no es regenerativo. Por eso es preciso encontrar espacios físicos y temporales, para “distraernos” a propósito, interactuar socialmente o estar con nosotros mismos sin una tarea específica. Estos momentos de pausas son tan cruciales como los momentos de actividad concentrada. En el ritmo y la proporción encontramos la clave de la productividad regenerativa y sostenible.

3. Cero pérdidas de energía y tiempo

El concepto de cero pérdidas de recursos se refiere a la maximización del tiempo y la energía que dedicamos a las tareas que aportan valor. Debemos identificar nuestras prioridades y asegurarnos de que estamos dedicando nuestro tiempo y energía a esas tareas. Tener claridad sobre nuestras metas e invertir tiempo para encontrar una proporción y un ritmo adecuado para llegar a ellas, hace una gran diferencia en los resultados, que no terminan con nosotros agobiados o agotados.

Rediseñar desde un comienzo

Si pretendes resultados distintos, no hagas siempre lo mismo, habría dicho Albert Eistein, y este concepto sabio es la chispa que enciende un insight muy poderoso: no es encontrar modos de ser más productivo como nos llevará a donde queremos llegar. Lo que precisamos es un verdadero rediseño que incluye cambios de mentalidad, entender cómo funciona nuestro cerebro, nuestras emociones y los procesos y cómo se relacionan entre sí para adquirir las habilidades y competencias que nos llevarán al estilo de vida y al tipo de autorrealización que queremos vivir y disfrutar. 

Nuestro Diplomado de Productividad Sostenible ofrece una formación completa sobre cómo aplicar estos conceptos y otros para crear un sistema personal de productividad que valore tanto los resultados como el proceso saludable para llegar a ellos.