En el camino de buscar lograr una mejor performance ESG hay ciertos factores a los que toda organización debe abocarse para poder tener éxito en ese camino.
Uno de esos factores es la conformación del equipo que sea capaz de conducir a la organización hacia el logro de los mejores resultados en Sostenibilidad y que sea capaz de transmitir su relevancia a las diversas áreas críticas de la organización.
Y otro factor, no menos relevante, será la elección y adopción de Estándares de Sostenibilidad que nos permitan medirnos con herramientas e indicadores aceptados globalmente y compararnos con los mejores de la industria.
Equipos para un Alto Rendimiento
El aspecto de conformación de un equipo que pueda trabajar de forma transversal en la organización y respondiendo al más alto nivel de la organización en muchas empresas parece zanjado pero en la práctica aún no lo está del todo.
Existen tensiones de poder frente a quienes buscan ejercer influencia sobre todos los niveles de la organización, que en muchos casos, retrasan el nivel de profundidad que pueden lograr las mejores prácticas sostenibles.
A la vez, que existe cada vez más una necesidad imperiosa de demostrar que la barrera entre lo financiero y lo no financiero ya es tiempo que deje de existir y pueda converger en un alineamiento estratégico en el que la organización sea capaz de mejorar la calidad de sus datos divulgados sin importar hacia cuál grupo de interés se dirige.
La Estandarización acelerada
En el campo de la normalización y estandarización de las actividades de sostenibilidad, los últimos 5 años han sido muy dinámicos, ya que hemos sido protagonistas de la actualización de múltiples Normas y Estándares, la creación de nuevos y la actualización de herramientas que posibilitan rankearse entre los mejores de cada industria.
Sin dejar pasar que muchas de estas actualizaciones han sido en respuesta a la creciente regulación de los mercados financieros, principalmente el europeo que ya cuenta con más de 500 regulaciones de sostenibilidad a la fecha.
La buena noticia, en medio del mar de confusiones habituales cuando surgen tantos instrumentos nuevos, es que en la base de esta pirámide siguen estando los mismos que años atrás: GRI, ISO, Pacto Global… con sus respectivas modificaciones realizadas en los últimos años para seguir manteniéndose relevantes.
En la familia de las ISO, desde la 26.000, no sólo han habido actualizaciones de Normas vinculadas, sino que también han salido muchas que han logrado crear un ecosistema sostenible y muy alineado a los 17 ODS.
Hablamos de Normas de Eficiencia Energética, Gestión de Riesgos, y las próximas a salir de Economía Circular.
En tanto, que en los Estándares de Reporting, a la actualización de GRI con sus Estándares temáticos y los sectoriales, también se han sumado las Normas NIIF que destacan la confluencia del Marco de Reporte Integrado, el TCFD y los Estándares SASB.
Pero no todo el ámbito de estandarización está vinculado a la divulgación. También existen aquellos que buscan asegurar procesos de debida diligencia en las cadenas globales de suministro y que hoy también son el puntapié para poder recabar información sobre las emisiones de Alcance 3, una exigencia de las regulaciones que entrará en vigor a partir de 2026 con más fuerza.
A su vez, algunas industrias decidieron no esperar a los Estándares generales y en los últimos años han trabajado fuertemente en sus propios estándares sectoriales. Tal es el caso de las industrias de la minería y el salmón, que cuentan con sus propias iniciativas que terminan estando alineadas a los Estándares de Sostenibilidad pero les permiten a la vez, enfocar una mirada material particular sobre sus actividades.
La elección del mejor Estándar
En definitiva, lo que está comenzando a desvelar a los equipos de Sostenibilidad es cómo lograr elegir el mejor Estándar o Norma para aplicar en su organización.
La respuesta nunca es unidireccional, ya que dependerá de los recursos con los que se cuente, y fundamentalmente, con la mirada estratégica hacia la cual estemos orientados desde el corazón del propio negocio.
Si el objetivo de la empresa es llegar a ser cotizante en 2 años, probablemente sea bueno ir incorporando una serie de Normas y Estándares más acordes con la mirada financiera.
En cambio, si lo que se busca es permanecer como 100% privada pero con un alto perfil como player de Sostenibilidad, existen otros instrumentos que -además de mejorar nuestra performance- contribuirán a nivel reputaciones.
Es por ello, que el profesional de Sostenibilidad, más que nunca en este tiempo, debe contar con una mirada de maestría en el análisis de cuál Norma o Estándar es más conveniente, ya que la oferta sobre la mesa es amplia y cada platillo tiene una forma distinta de ser servido.
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